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Nectis catenas. Quæ tibi virginum
Sponso necato barbara serviet ?
Puer quis ex aulâ capillis

Ad cyathum statuetur unctis,

Doctus sagittas tendere Sericas

Arcu paterno? Quis neget arduis
Pronos relabi posse rivos

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Esta no es una oda, es una sátira. Las imágenes son festivas y agradables, la espresion fácil y picante, y la sátira por consiguiente delicada y fina.

V. 1. Icci... Habia una familia de este nombre en Roma: no se sabe á cual de sus individuos fue dirigida esta pieza.

Arabum... La Arabia es una vasta península de Asia ceñida al levante, poniente y mediodia por el golfo pérsi

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Cadenas al medo forjas,
Fogosos jóvenes matas,

Y en seguida sus mugeres
Te adjudicas como esclavas.

Niños de alta estirpe, ungidos
De aromáticas pomadas,
Diestros en tirar saetas,

Ya á servir tu copa llamas.

¿Quién será el que niegue ahora,

Que puede á la alta montaña

Retroceder el arroyo,

Cejar el Tíber sus aguas,

Cuando á cambiar aspiras

Por españolas corazas,
De Sócrates y Paneto
Hoy las obras estimadas,

Que á tanta costa algun dia
Y con tanto afan buscabas?
Concebir hiciste entonces

¡Ay! mas dulces esperanzas.

co, el mar rojo y el de la India. En los tiempos mas antiguos se dividieron su territorio los descendientes de Sem

y de Ismael, y de su posteridad se formaron los pueblos designados en las santas escrituras con los nombres de idumeos, nabateos, amalecitas y madianitas. El monte Horeb, célebre porque en él ordenó el Señor á Moises romper las cadenas de su pueblo; el Sinaí, mas célebre aun porque en él dictó Dios al caudillo israelita los altos preceptos que desde entonces son la ley de casi todos los pueblos de la tierra, y el Hor, donde murió el mismo legislador judío,

estaban situados en la Arabia. Los romanos enviaron en el año 729 de la fundacion de su ciudad, una espedicion á aquel pais, que se creia muy rico en marfil, oro, perlas, incienso, mirra y varias especies de drogas medicinales y aromáticas; pero sus habitantes no fueron definitivamente subyugados hasta bastante tiempo despues. Hoy, aunque poco mas adelantado en industria y en civilizacion, posee aquel territorio otras riquezas, que consisten principalmente en esquisito café y eu soberbios caballos.

V. 3. Sabææ... La Arabia se dividió en lo antiguo en Petrea, Desierta y Feliz. De esta última hacia parte el territorio de los Sabeos, correspondiente á lo que hoy se llama el Iemen, y cuya principal ciudad Sabatha (hoy Sana) fue famosa por el lujo de sus habitantes. El pais produce todavia hoy la goma conocida con el nombre de arábiga. No era estraño que Iccio, seducido ó arrastrado por la idea de lo fácil que era enriquecerse en aquella espedicion, abandonase por las armas el estudio de la filosofía.

V. 4 y 5. Horribilique Medo nectis catenas... Esta es una graciosa exageracion. El nuevo soldado no se propone menos que vencer y aprisionar los mas terribles enemigos del imperio. La parte meridional de la Media ó de la Persia, pues ya dije antes que Horacio usaba de estos nombres como sinónimos, llegaba al límite septentrional de una parte de la Arabia.

V. 7. Puer quis ex aulá... Es increible el lujo que se gastaba en todos los paises del Oriente, y principalmente en Persia. Los pages que servian la mesa, se buscaban entre los mas nobles y lindos muchachos, y se les vestia con un refinamiento de primor que se hizo proverbial.

V. 8. Ad cyathum statuetur... «Será destinado al oficio de copero,» es la traduccion. Varios comentadores observaron que se decia statui ad lecticam, ó ad vestem, para designar un portador de litera ó un ayuda de cámara.

V. 9. Sagittas Sericas.. Los Seres ó Seras de que hablé en las notas á la oda duodécima, eran muy diestros en tirar saetas.

V. 14. Panæti... Panecio fue un filósofo estóico, nacido en Rodas por los años de 190 antes de J. C. Estudió

primero en la escuela de Crates en Pérgamo, y sucesivamente en las de Diógenes, Carneades y Crisolao en Atenas Precedido de gran reputacion, pasó luego á Roma, y alli tuvo por discípulo, entre otros ilustres sugetos, á Escipion el africano, á quien siguió despues en algunas de sus espediciones, y habiéndole hecho varios servicios importantes, se retiró á Atenas, donde murió de edad de mas de 90 años. Ciceron compendió en su tratado de Officiis, otro que habia escrito Panecio sobre el mismo asunto, y manifestó mucha estimacion por varias de las obras del mismo filósofo, aunque combatiendo algunas de sus doctrinas erróneas, y particularmente las relativas á la eternidad de la materia.

Socraticam domum... « La familia, ó la secta, ó la escuela de Sócrates.» Este hombre estraordinario nació ed Atenas en el año 470 antes de J. C. y trabajó algun tiempo en el taller de su padre, que era un escultor distinguido. A medida que fue creciendo, se fueron desarrollando sus elevados instintos, en los cuales, porque siempre le guiaron por buen camino, se acostumbró el jóven á ver las inspiraciones de un Génio asociado á su existencia, y órgano cerca de él de las voluntades del cielo. Ya bien entrado en la edad viril, dejó, á instigacion de algunos amigos, el taller paterno, para dedicarse á las ciencias, y en Efeso se decidió su vocacion, por el efecto que hizo en su ánimo la famosa inscripcion que se leia á la puerta del templo de Apolo, reducida á estas palabras: Conócete a tí mismo. Por aquel tiempo leyó en las obras de Anaxágoras, que « la inteligencia era el principio de todas las cosas,» y meditando sobre esta idea, llegó á concebir y dotar de convenientes atributos la inteligencia superior que debia presidir á los complicados movimientos del universo, é influir sobre todo en la direccion del espíritu humano, de una manera propia para mejorar la condicion del linage entero, y establecer, por decirlo asi, relaciones íntimas entre el hombre y la divinidad. El resumen de su doctrina se halla en esta máxima, «Si quieres ser feliz, sé virtuoso; y acreditarla y difundirla fue el objeto único de sus lecciones, como practicarla el único móvil de su

conducta. No pensaba asi la multitud de sofistas, que apoderados á la sazon de la direccion de la juventud, la estraviaban con abstracciones vagas, la distraian con discusiones estériles, y la pervertian por la indiferencia con que dejaban desenvolverse las pasiones, que con una constitucion política tan viciosa como la de Atenas, debian influir poderosamente en la corrupcion sucesiva de las costumbres. Combatiendo Sócrates la mala direccion que los preceptores daban á la enseñanza, y los poetas cómicos á la opinion, se acarreó el ódio de sofistas y de poetas, de los cuales uno (Aristófanes) osó ridiculizarle en el teatro, y esponerle á la befa de sus turbulentos y suspicaces conciudadanos. Impasible Sócrates, no oponia mas que máximas sublimes y ejemplos admirables á las maniobras de sus enemigos, y despechados estos por el desprecio con que él las miraba, se reunieron para perderle. Aprovechándose pues de la perseverancia con que él señalaba los vicios de la constitucion de su pais, y con que combatia, sobre todo, el uso funesto de sacar por suerte los magistrados que debian decidir del honor y de la vida de los ciudada. nos, formularon contra él la acusacion de haber negado la existencia de los dioses, y corrompido la juventud inspirándole ódio á las leyes. Encargóse de sostener estas acusaciones un hombre rico y popular llamado Anito, amigo un dia de Sócrates, é indispuesto últimamente contra él; y se asociaron á aquel magnate un poeta llamado Melito, y un orador muy popular llamado Licon. Reunióse para juzgar el negocio el tribunal de los heliastas, compuesto aquella vez de quinientos cincuenta y seis jueces, ante los cuales compareció Sócrates, sin haberse dignado hablar antes á ninguno de ellos, ni permitido que les hablasen sus amigos. Allí contestó á todas las imputaciones con el testimonio de su vida entera; pero lo hizo con tanta arrogancia, que indispuso á muchos de sus jueces, y de resultas de ello fue declarado culpable, por doscientos ochenta y un votos contra doscientos setenta y cinco. Con haberse esplicado en su defensa con menos dureza, habria sido Sócrates absuelto sin duda, y aun despues de condenado, habria hecho ilusoria la declaracion

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