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por supuesto debian ser diferentes de las marítimas. Pero pudiendo aplicarse á estas el epiteto de æstuosas, igualmente que á las interiores, no hay porque fundar en dicha calificacion una designacion esclusiva, y menos, cuando la idea del poeta es tan exacta de un modo como de otro.

V. 6. Inhospitalem... Donde no se encuentra hospitalidad. Desierto, que interpretan algunos, no es exacto.

V. 7. Caucasum.... Cáucaso, célebre cordillera del Asia, entre los mares Caspio y Euxino, no es menos famosa hoy por los esfuerzos, que para subyugar á sus feroces habitantes hace sin cesar el poderoso imperio del Norte, que lo fue en la fábula por el castigo de Prometeo. Fabulosus... De quo multa fantur, famoso, como he traducido.

V. 8. Hydaspes... Rio de la India, célebre sobre todo en la antigüedad, porque en sus orillas derrotó Alejandro Magno el formidable ejército de Poro.

V. 10. Lalagen.... Charites lee el padre Urbano Campos, y traduce por consiguiente mientras canto á mis Gracias. Pero esta variante, tan singular como es y tan arbitraria, se ennoblece si se compara con la de su consocio Juvencio, que en lugar de dum meam canto Lalagen, lee, dum sequor calles dubios.

V. 14. Daunia... De su rey Dauno, suegro de Diómedes, se llamó en otro tiempo Daunia la parte de la Pulla, que hoy se llama la Capitanata.

V. 15. Jubæ tellus... Aunque el Africa sea una vastisima region, que de poniente á levante se estiende desde las playas del Atlántico hasta las del mar rojo, se le dió el nombre de tierra de Juba, y tierra de Yugurta, porque de estos personages el último reinó en la pequeña parte de Africa llamada Numidia, y Juba en la llamada Mauritania. De estos dos monarcas africanos se hablaba mucho en Roma en tiempo de Horacio, pues casi al nacer él, habia Yugurta dado mucho en que entender á los romanos, y Juba, contemporáneo del poeta, fué en una ocasion importante, muy bien tratado por Augusto.

V. 16. Arida nutrix... Yo creo que Horacio quiso hacer una antítesis con las dos palabras de seca nodriza, muy enérgicas y significativas á la verdad, pero que forman un contraste marcado, pues que la calificacion habitual de las nodrizas es la de rolliza ó lozana, en vez de la de árida ó seca.

V. 17. Pone me pigris... Esta estrofa en que Horacio bosqueja la tristeza y la insalubridad de las regiones boreales, es muy armoniosa y delicada.

V. 23. Dulcè ridentem... El jesuita Juvencio sustituye á estos dos versos, estos otros,

Sola me virtus dabit usque tutum

Sola beatum.

Este comentador, á quien escandalizaba sin duda el

Dulcè ridenten Lalagen amabo,
Dulcè loquentem,

se hubiera podido ahorrar el escrúpulo y el trabajo de la correccion, con solo haber visto, como su consócio Hardouin, simbolizada en Lálage la religion cristiana. Es verdad que Juvencio no podria creer que Horacio hubiese hecho una pieza, en que se manifestase enamorado de una religion que su divino autor no habia aun revelado á la tierra; pero el jesuita habria desvanecido el escrúpulo, creyendo como Hardouin, que estas odas no eran de Horacio, sino de un monge del siglo XIII.

ODE XXIII.

AD CHLOEN.

Vitas hinnuleo me similis, Chloe,
Quærenti pavidam montibus aviis
Matrem, non sine vano
Aurarum et silvæ metu:

Nam, seu mobilibus veris inhorruit
Adventus foliis, seu virides rubum
Dimovere lacertæ,

Et corde et genibus tremit.

Atqui no ego te, tigris ut aspera,

Getulusve leo, frangere persequor.

Tandem desine matrem,

Tempestiva sequi viro.

NOTAS.

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V. 1. Vitas... La comparacion de una doncella tímida

ODE XXIII.

A CLOE.

Asi, Cloe, de mi huyes,
Como el cervatillo errante,
Que en la fragosa maleza
Busca á su asustada madre,
No sin temor de las auras
Y los livianos ramages.
Pues si de la primavera
El viento las hojas bate,
O los pintados lagartos
Mueven los verdes zarzales,
Sus rodillas se estremecen,

Su agitado pecho late.

No cual leon africano,

O tigre que acosa el hambre,
Tras ti corro, esquiva Cloe,
Yo para despedazarte.

En sazon para un esposo,

De seguir deja á tu madre.

con un cervatillo, que busca temblando á su madre que ha perdido de vista, es graciosa y exácta.

V. 6. Mobilibus veris... Tal es la leccion constante de

los manuscritos, que no se sabe por qué disgustó á Salmasio, Bentlei y á otros críticos. Si la razon fue porque los árboles no tienen hojas cuando viene la primavera, ¿quién no vé que este adventus veris debe tener una significacion un poco mas lata? y ¿quién no sabe que estas licencias son muy frecuentes en los poetas? Por una de las que ellos se tomaban, el inhorruit pudo equivaler á sacudió, agitó, y aun á hizo temblar, y este efecto producen real

ODE XXIV.

AD VIRGILIUM.

Quis desiderio sit pudor aut modus
Tam chari capitis? Præcipe lugubres
Cantus, Melpomene, cui liquidam Pater
Vocem cum citharâ dedit.

Ergo Quintilium perpetuus sopor
Urget! cui Pudor, et Justitiæ soror

Incorrupta Fides, nudaque Veritas

Quando ullum invenient parem?

Multis ille bonis flebilis occidit,

Nulli flebilior quàm tibi, Virgili.

Tu frustra pius, heu! non ita creditum
Poscis Quintilium Deos.

Quòd si Threicio blandiùs Orpheo,

Auditam moderere arboribus fidem,

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