Billeder på siden
PDF
ePub

Conington, Nettleship y Haverfield y de algunas notas mías.

Mr. E. Benoist, el célebre Profesor de Poesía Latina en la Facultad de Letras de Paris, reprocha y con justicia, á los traductores de Virgilio, la indiferencia con que eligen el texto latino de que hacen uso. Yo no he querido hacerme acreedor å tal reproche, y por eso he escogido el mejor texto de Virgilio que ha depurado la crítica moderna: el de Otto Ribbeck.

El texto de Ribbeck no está libre de censuras, ni de errores, los cuales ha hecho notar M. Kappes en lo que á la Eneida se refiere; pero con eso y todo es el mejor.

Lo que Heinsio hizo å fines del siglo XVII con el texto de Virgilio, después de estudiar y comparar durante treinta años la lección de los mejores M.S.S., Ribbeck lo ha hecho à mediados del siglo XIX, después de aprovechar los trabajos de interpretación de Heyne y los de critica de Wagner. Ribbeck ha colacionado de nuevo los siete M.S.S. de primer orden: el Vaticanus, el Sangallensis, el Mediceus, el Palatinus, el Romanus, el Veronensis y el Augusteus y, además, todos los principales de segundo orden. Ha revisado cuidadosamente todas las citas que de Virgilio han hecho todos los escritores posteriores à él, las cuales son en número tan considerable, que hubieran bastado, si el texto de Virgilio se hubiera perdido, para reconstituirlo por completo; ha comparado, con más

mentadores que he tenido necesidad de conocer para llevar a cabo mi traducción con mayores probabilicades de acierto.

Servio, Filargirio, Probo y la Escolia de Berna, han sido objeto, por mi parte, de un estudio especial, principalmente Servio, que ha sido y seguirá siendo el mejor guía y el inseparable compañero de todos los comentadores y traductores de Virgilio.

He puesto á contribución, más de una vez, el copioso y erudito comentario del jesuita español La Cerda, que siempre se leerá con fruto, y las notas de Taubmann, de Emenesio y del Padre de la Rüe, autor este último del Virgilio de la conocida edición In usum delphini, que es una de las mejores obras de la colección.

La obra que me ha sido más útil, entre todas las que he consultado, ha sido, á no dudarlo, la cuarta edición de Heyne, preparada por Wagner, que contiene, además de los comentarios de Heyne, Wagner, Spohn y Wunderlich, las Quæstiones Virgilianæ de Wagner, estudio el más profundo y cuidadoso sobre la lengua de Virgilio y sus peculiaridades.

Por último, ni un solo instante he apartado de mi lado el Virgilio de Mr. Eugène Benoist, que es el trabajo de más alcance publicado en Francia sobre Virgilio, aun comprendiendo la colección Lemaire y el comentario de Dubner, à la manera de Juan Bond, escrito siguiendo á Hevne v á Wagner.

Cuando ya daba punto á mi labor, logré conseguir la edición latina del valiosísimo comentario de J. H. Voss y el Virgilio de Forbiger, que se considera en Alemania como un verdadero repertorio de todos los trabajos que á Virgilio se refieren, y además, la obra de Th. Ladewig que, aunque destinada de preferencia á las escuelas, contiene un comentario breve, claro y expresivo. Tan sólo me fué dado aprovechar á Ladewig al estudiar las Églogas IX y X.

Consulté también, con provecho, dos obras que no debe dejar de estudiar ningún traductor de las Bucólicas de Virgilio: la de Mr. John Martyn, intitulada «The Bucolicks of Virgil with an english traslation and notes,» y las «Notes on the Bucolicks and Georgics of Virgil with excursus, terms of husbandry and a flora Virgiliana,» de Mr. Thomas Keightley, que explican de una manera especial todos los asuntos relacionados con la flora de Virgilio.

Antes de dar término á este Prefacio, debo cumplir con el deber de hacer público mi agradecimiento á la Academia Mexicana, correspondiente de la Real Academia Española, sin cuyo estímulo, ni hubiera emprendido esta traducción, ni le hubiera dado cima, y muy principalmente á mi docto amigo el Sr. Don Ra

fael Angel de la Peña, á quien se la dedico en testimonio de admiración y de amistad sinceras.

El Sr. Don Rafael Angel de la Peña ha aceptado con benevolencia esta dedicatoria, y por ello habré de vivirle siempre reconocido, porque mi libro ganará mucho en el mundo de las letras al amparo de su ilustre nombre.

México, Diciembre 9 de 1902.

LIBRARY

UNIV OF TEXAS

ÉGLOGA I

« ForrigeFortsæt »